Las ventajas de una casa geodésica
La construcción con cúpulas ahorra tiempo y el metro cuadrado cuesta desde 500 euros
Los propietarios de un pequeño terreno en algún pueblo o municipio tienen la excusa perfecta para apostar por un tipo de vivienda distinta. Ya sea prefabricada, de madera, autosuficiente, modular o giratoria, la geografía española va dando un sitio a este tipo de construcciones distintas que tratan de abrirse camino.
Ambas son viviendas formadas por cúpulas resueltas mediante una estructura geodésica. "Es una forma de cubrir un espacio circular muy eficaz que se realiza mediante triángulos, porque se aligera mucho la cantidad de material a utilizar, reduciendo tiempos y costes", explican Pablo Carbonell y Juan Miguel Galera Miñarro, arquitectos de Ecoproyecta. No es nada novedoso, de hecho el arquitecto norteamericano Buckminster Fuller diseñó estas estructuras a medidos de siglo XX –hizo una cúpula geodésica para el pabellón de Estados Unidos en la exposición de Canadá del año 1967 que tenía de 75 metros de diámetro–. Después, otros arquitectos como el murciano Emilio Pérez Piñero evolucionaron sus diseños en los años setenta. Ahora el estudio Ecoproyecta retoma la idea y ofrece la posibilidad a sus clientes de incorporar sistemas de energía renovables (paneles solares fotovoltaicos y térmicos y baterías para almacenar la electricidad) para que las viviendas sean autosuficientes, aunque es opcional. También pueden reciclar el agua de lluvia. Vivienda de Yecla prácticamente finalizada. Vivienda de Yecla prácticamente finalizada.
El reclamo principal es que la construcción dura una media de seis meses y que los precios se mueven entre los 500 y 1.000 euros por metro cuadrado, en función del mayor o menor equipamiento. "La de Yecla ha salido por unos 150.000 euros (unos 900 euros el metro cuadrado, incluida la instalación fotovoltaica), mientras que la de Jumilla ha costado unos 45.000 (550 euros por metro), más 3.000 euros de los paneles. Hay que tener en cuenta que la primera está mejor equipada, tiene suelo radiante, una chimenea que actúa también como caldera de biomasa y unos acabados más caros", cuenta Carbonell. Las dos generan su propia electricidad. Interior de la casa en Yecla. Interior de la casa en Yecla. Sus dueños son una familia inglesa con tres hijos en el caso de la vivienda de Yecla y una pareja noruega sin hijos ha comprado la de Jumilla. Ambas casas van a ser usadas como primera residencia. Los triángulos se montan previamente en el taller y en dos o cuatro días se levanta la cúpula, que va cimentada al terreno, y que se cubre con lámina impermeabilizante y mortero de cal o con corcho natural. El revestimiento y la distribución interior, instalaciones y acabados requieren más tiempo. El tamaño no importa, puesto que se pueden colocar tanta cúpulas como sea necesario. De hecho, la de Jumilla son dos unidas por un corredor. "Si vas añadiendo cúpulas se puede tener una casa todo lo grande que quieras, y lo interesante es que podrías ampliarla conforme tengas nuevas necesidades, por ejemplo, nuevos hijos o un espacio independiente para unos hijos que van creciendo, o un pabellón de invitados", comenta el arquitecto. El interior abovedado es un espacio diáfano sin tabiques.
En cuanto a la climatización, incorporan estufas de biomasa (ya sea leña o astillas) como sistema de calefacción, y un pozo canadiense que sirve para renovar el aire interior de la casa y disponer de aire acondicionado natural y gratuito para el verano. Ambas casas están en una finca con árboles y sus dueños piensan aprovechar la poda de los mismos. La compañía española empieza a recibir solicitudes, aunque de momento a cuentagotas. Trabaja en un posible proyecto en Tarragona y acaba de presentar tres nuevos presupuestos.